¿La IA es plagio? Hechos, riesgos, ética y soluciones

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Escrito por  Emily Watson
2025-08-13 10:48:26 7 min de lectura

¿Tu asistente de IA te ayuda a ser más creativo o está socavando tu creatividad?

Cuando los chatbots redactan ensayos y los algoritmos diseñan logotipos, la frontera entre innovación y plagio se vuelve muy difusa. ¿Ignorar los orígenes ocultos de la IA o descuidar la verificación de datos? No es solo pereza, es peligroso.

Adéntrate en la zona gris de la ética tecnológica y analiza: "¿Es la IA un plagio?" Tu credibilidad está en riesgo. Descubre qué ocurre y cómo garantizar que tu contenido se mantenga original e íntegro.

¿Qué es el plagio?

El plagio ocurre cuando utilizas las ideas, palabras u obra creativa de otra persona y la presentas como propia sin reconocer su autoría. Sea intencional o no, pone en duda tanto tu trabajo y esfuerzo como tu credibilidad y autenticidad, aspectos críticos en la academia y en el ámbito laboral. Considera el caso de incluir un gráfico de un trabajo de investigación en tu informe sin citarlo, o parafrasear una idea nueva de un texto sin mencionar al autor. Tales acciones inocuas se consideran plagio.

El plagio no se limita a copiar y pegar un texto verbatim. Parafrasear un párrafo en tus propias palabras tal como lo encontraste (o seguir el mismo formato o estructura) también se considera plagio, incluso si indicas la "fuente". Por ejemplo, si parafraseas un párrafo de un artículo periodístico, cambiando algunas palabras pero manteniendo el argumento original, sigue siendo un acto de deshonestidad intelectual. Lo mismo se aplica al uso de fotografías, código de programación o arte de otra persona sin su permiso (o, como mínimo, sin darles crédito por su trabajo).

El plagio puede ser intencional, como copiar la tarea de un compañero, o no intencional, como omitir una referencia por no haber tomado apuntes correctos. En cualquier caso, las consecuencias pueden ser significativas, desde académicas (por ejemplo, suspender una tarea) hasta profesionales (con la consiguiente pérdida de credibilidad). En los casos más graves, podrían emprenderse acciones legales, especialmente si se trata de una violación de los derechos de autor.

A medida que la tecnología evoluciona, la IA complica las definiciones tradicionales de plagio, desdibujando los límites entre el trabajo original y el contenido automatizado. Esto plantea interrogantes cruciales sobre la responsabilidad y la ética, que examinaremos en apartados posteriores.

Cómo la IA difumina la línea entre la originalidad y el robo

Los programas con tecnología de IA pueden producir texto, imágenes o guiones a través de un proceso conocido como generación. En lugar de "pensar" en ideas por sí mismos, simplemente reempaquetan y reutilizan patrones que han notado en los datos. Por ejemplo, si le ordenas a una IA que elabore un texto sobre el cambio climático, podría juntar fragmentos de oraciones y párrafos de los estudios científicos, artículos de noticias y publicaciones de blog que absorbió en sus datos de entrenamiento. Aunque parece fresco y único, está esencialmente inspirado en fuentes anteriores que no han sido debidamente acreditadas. Esto difumina la línea: ¿Es este un trabajo original o una versión oculta del trabajo de otra persona?

Así surge el potencial de plagio: no es nada intencional (la IA no está sentada allí pensando "¡Simplemente plagiaré esto!"). La IA simplemente no comprende el concepto de dar crédito a otra persona por su trabajo. Si usaras una IA para escribir una sección de un trabajo de investigación y esta reformulara la conclusión de otra investigación sin atribuirla, tu trabajo estaría plagiando involuntariamente dicha investigación. Peor aún, incluso podrías pensar que el contenido generado por la IA sería completamente único sin darte cuenta de que ya ha sido adaptado de algún otro lugar.

Además, la IA facilita el plagio, aumentando así los riesgos. Al crear ensayos, código o imágenes en segundos, aceptar resultados con pocas revisiones es mucho más atractivo. Para tomar un ejemplo: si un párrafo sobre los temas de Shakespeare fue generado por IA pero reescrito por el estudiante, ¿verificaron que el análisis subyacente no fue copiado de un erudito? Pero incluso una forma más matizada de replicación, por ejemplo, tomar prestado un lenguaje especializado o una interpretación de datos particular, puede cruzar líneas éticas.

Surge confusión adicional de la capacidad de la IA para reflejar el estilo de escritura. Si un usuario le indica a la IA que "escriba al estilo de un ensayo de investigación de Harvard", por ejemplo, el tesauro podría destilar frases características de la literatura de investigación identificada en las bases de datos de entrenamiento. El resultado podría, sin una revisión meticulosa, calificar como plagio al volverse casi indistinguible de un artículo existente.

Al cambiar el proceso de creación de contenido, la IA también difumina las líneas sobre lo que significa ser un autor y lo que significa ser responsable de ese contenido. Traslada la responsabilidad a los usuarios de verificar la originalidad del trabajo asistido por la IA, una tarea para la que muchos no están preparados. 

Entonces, ¿usar IA es plagio?

En sí mismo, el uso de la IA no implica necesariamente plagio, pero puede acercarte tanto a él que la diferencia se vuelve insignificante. La clave es la transparencia. Si la IA genera contenido con ideas, frases o datos no originales y estos no se referencian adecuadamente, corres el riesgo de infringir la ética académica. Por ejemplo, si pides a una IA que resuma un evento histórico y esta ofrece interpretaciones específicas y patentadas de un historiador, pero no citas al historiador ni aclaras que no son tus propias ideas, presentar ese resumen como trabajo propio constituye plagio, incluso si no lo copiaste intencionalmente.

La IA complica aún más las cosas porque actúa como intermediario. Cuando la IA funciona como herramienta entre el usuario y un texto, se desconocen los orígenes de las fuentes que ha utilizado. Si un poema generado por IA se crea "al estilo de Maya Angelou" y esta ha tomado prestadas metáforas o cadencias específicas de un poema inédito de Angelou, el nuevo poema podría incurrir en plagio de una obra a la que el usuario nunca tuvo acceso completo. En este caso, no está clara la responsabilidad de dicho acto.

Pero no te preocupes, no todo uso de la IA implica escribir cartas de amor no consentidas a sus creadores. Si la utilizas para reflexionar (no para redactar) sobre la estructura de un esquema o para generar ideas, y obtienes texto exacto de una fuente verificada, es similar a usar el corrector gramatical de tu ordenador. Si empiezas a entregar textos, códigos o obras de arte generados por IA sin verificar su originalidad (cuando sea posible) o sin reconocer la contribución de la IA, ahí está el límite. No sería aconsejable presentar ensayos sobre la economía de la recolección de conchas marinas elaborados a partir de documentos generados por IA sobre el mismo tema, si no se puede comprobar que son distintos de otros trabajos ya existentes.

Además, cada profesión y campo establece normas diferentes:

  • Academia: Muchas instituciones consideran plagio el contenido de la IA que no se cita, aunque la herramienta no esté "copiando" una fuente concreta. Por ejemplo, un estudiante podría ser sancionado académicamente por presentar una revisión bibliográfica escrita por IA, ya que esto infringe las normas sobre la originalidad del trabajo.

  • SEO y marketing digital: Google y otros buscadores pueden penalizar el contenido generado por IA si lo consideran de baja calidad o poco original, ya que se considera una forma de "robo de contenido" o una estrategia para manipular el posicionamiento.

  • Propiedad intelectual: Los autores de las industrias creativas que utilizan la IA para escribir guiones pueden verse envueltos en disputas por derechos de autor si su obra infringe una creación ya protegida.

En resumen, la IA en sí misma no plagia, pero su uso dentro de las normas de cada campo determina si es ético o un engaño. Un periodista que publica datos generados por IA sin verificarlos está faltando a los estándares del periodismo, al igual que un desarrollador que publica fragmentos de código de IA sin respetar los términos de la licencia de código abierto. Por lo tanto, es fundamental conocer las normas de tu campo, ya que lo que está permitido en un contexto puede ser un engaño en otro.

Cuanto más se integre la IA en los procesos de trabajo, más relevante será esta distinción.

Parte 4: ¿Es ético el contenido generado por IA?

El contenido de la IA no es intrínsecamente poco ético; el problema surge cuando prioriza la velocidad sobre la precisión, la imparcialidad y la transparencia. A continuación, analizaremos tres trampas éticas centrales: la invención, el sesgo y la autenticidad, y cómo se cruzan.

1. Invención de Datos e Información

La IA carece de intención y comprensión; está prediciendo patrones, no recitando hechos. Cuando hay lagunas en sus datos de entrenamiento, el modelo puede "alucinar" lo que parece ser una falsedad verosímil. Por ejemplo, una IA que resume un estudio de investigación médica podría informar "hallazgos" que suenan verosímiles en el contexto de la consulta, pero que en realidad no existen. Esto significa que los estudiantes que copian y pegan "trampas" de la IA en sus ensayos pueden hacer referencia sin saberlo a citas ficticias, o, de manera igualmente invasiva, un periodista puede publicar sin saberlo desinformación generada por la IA. Esto erosiona la confianza pública en las instituciones y amplía la distribución de narrativas falsas.

2. Refuerzo del Sesgo

Un modelo de IA aprende sesgos de los datos de entrenamiento. Por ejemplo, si una IA de selección de currículums aprende de las decisiones de contratación del pasado, que históricamente favorecieron a los solicitantes masculinos, entonces un currículum con palabras clave codificadas para mujeres puede ser calificado más bajo. O, una IA que produce resúmenes de artículos de noticias puede representar en exceso la probabilidad de identificar a personas de raza negra como los perpetradores de delitos, reforzando narrativas racistas. No se trata solo de fallos técnicos, sino de nuevas formas de sesgo. Y estos sesgos reproducen relaciones sociales discriminatorias, especialmente cuando los usuarios creen que el resultado de la IA es neutral u objetivo.

3. Erosión de la Autenticidad

La IA remezcla tan fácilmente lo antiguo que la fidelidad a la originalidad se ve afectada. Un equipo creativo que utiliza la IA para generar lemas de campaña podría copiar inadvertidamente el texto de un anuncio de la competencia y nunca sabría la diferencia. Es fácil perder de vista dónde termina la inspiración y dónde comienza el plagio. En el caso de obras creativas como una novela escrita por IA al estilo de un autor de bestsellers, el verdadero riesgo de eliminar la contribución humana es la degradación de la creatividad humana en sí misma. Incluso en los casos en que el texto no se copió por completo de un trabajo anterior, están en juego las preocupaciones de originalidad y lo que significa crear de buena fe.

El Efecto Dominó de las Fallas Éticas

Bueno, estos problemas están interconectados:

  • Invención → Difunde desinformación → Erosiona la confianza pública.

  • Sesgo → Amplifica la discriminación → Daña a los grupos marginados.

  • Falta de autenticidad → Diluye la originalidad → Socava el valor creativo y académico.

Por ejemplo, un gerente de contratación que utiliza una herramienta de IA sesgada podría rechazar a candidatos calificados (sesgo), mientras que un informe generado por IA con datos inventados (invención) podría desinformar las decisiones de la empresa, lo que llevaría a políticas que marginan aún más a los grupos (efecto dominó).

¿Quién es responsable?

La IA no "decide" ser poco ética, sino que es el resultado de la información con la que fue entrenada y el uso que le dan sus usuarios. Un investigador que utiliza la IA para avanzar rápidamente en un primer borrador para su estudio aún debe verificar los hechos. Un escritor que utiliza la IA para impulsar algunas ideas debe asegurarse de que el producto final no sea derivado. El uso ético requiere una administración humana activa, no una confianza ciega.

Si estás en el sector de la salud o el derecho, los errores pueden literalmente matar personas. Este es un nivel diferente de consecuencia. Una IA que diagnostica erróneamente a un paciente debido a un conjunto de entrenamiento sesgado no es solo inmoral; es peligroso.

Entonces, la ética es un mandato humano

Los peligros éticos de la IA no son defectos del producto, sino deficiencias humanas. Si son herramientas que forjan, clasifican o reproducen contenido desatendido, entonces revelan con qué facilidad la conveniencia supera al carácter. La respuesta no es abandonar la IA, sino utilizarla con atención, entendiendo que cada contenido debe abordarse con precaución, historia y carácter.

Cómo la tecnología revela la IA y el plagio

Las tecnologías actuales para detectar contenido generado por inteligencia artificial (IA) y plagio se basan principalmente en dos métodos: el reconocimiento de patrones (para la IA) y la comparación con bases de datos (para detectar copias). Ninguno de los dos es perfecto, pero las mejoras han facilitado la detección de contenido no original o fraudulento.

1. Detección de contenido generado por IA

Las herramientas de detección de IA analizan patrones de escritura distintos a los de autores humanos. Por ejemplo:

  • Perplejidad: Mide la "predecibilidad" de un texto. Los textos generados por IA suelen tener una perplejidad baja, ya que siguen patrones lingüísticos comunes.

  • Variabilidad rítmica: Evalúa el ritmo de las frases. La escritura humana varía en longitud y estructura de las oraciones, mientras que la IA tiende a generar textos uniformes.

Herramientas como GPTZero, la herramienta de IA de Turnitin y el modelo de OpenAI pueden identificar estas señales de alerta. Es similar a cuando un estudiante presenta un ensayo con frases de longitud inusualmente uniforme y una redacción redundante: la IA puede detectarlo. Sin embargo, los modelos de IA sofisticados pueden imitar la variabilidad humana, lo que genera una constante evolución en la "guerra" entre las herramientas de detección y los algoritmos.

¿Detectarán los profesores que has usado ChatGPT?

Sí. Los profesores pueden notar inconsistencias en el estilo de escritura, falta de profundidad o frases poco comunes. También podrían utilizar herramientas de detección de IA o comparar el texto con tus trabajos anteriores. El contenido generado por IA a menudo presenta patrones característicos que pueden dar pie a una investigación más exhaustiva.

2. Detectores de plagio

Los detectores de plagio (p. ej., Grammarly, Copyscape, iThenticate) comparan tu texto con extensas bases de datos de artículos académicos, obras publicadas y sitios web. Así es como funciona uno de ellos:

Si una entrada de blog copia un párrafo de un artículo de Forbes, el detector encontrará la coincidencia con la fuente en la base de datos.

El contenido parafraseado que conserve la estructura o la terminología original también puede ser detectado por algoritmos que analizan la similitud semántica.

Sin embargo, estas herramientas tienen dificultades con:

  • Materiales no indexados: Documentos personales, artículos de pago o textos en otros idiomas que no sean inglés.

  • Plagio generado por IA: Contenido que reformula trabajos existentes sin copiarlos directamente.

3. Enfoques híbridos

En los últimos años se ha abordado este problema integrando la detección de IA en otras plataformas mediante sistemas de retroalimentación y control. Turnitin ya lo hace. Por lo tanto, si un informe de laboratorio se genera con un modelo de IA y se ha parafraseado ligeramente a partir de un texto de un libro, se detectaría por dos vías: la baja perplejidad (propia de la IA) y la coincidencia con la redacción del libro (plagio).

¿Cuán probable es la detección?

La precisión varía. GPTZero y herramientas similares suelen tener una precisión del 80-90% con modelos de IA más antiguos (como GPT-3), aunque el porcentaje de éxito es menor con las versiones más recientes (como GPT-4). También se dan errores en sentido contrario: la IA identifica erróneamente textos técnicos y formulados creados por personas (como documentos legales) como si fueran generados por IA.

Es más fácil detectar las copias directas que el plagio, pero las reescrituras hechas con IA y el "patchwriting" (unión de fragmentos de texto de varias fuentes) a veces logran evitar la detección.

A medida que la IA mejora en esto, también lo hacen los detectores. Algunas estrategias nuevas son:

  • Marcas de agua: Identificadores invisibles incrustados en los textos generados por IA.

  • Análisis de metadatos: Supervisión de actualizaciones y del proceso de redacción para identificar colaboraciones entre humanos y máquinas.

4. El juicio humano: métricas no escritas

Sin embargo, incluso sin técnicas tan sofisticadas, los educadores y expertos suelen percibir cuándo algo se ha producido con ayuda de la IA, gracias a las inconsistencias contextuales.

Por ejemplo, cuando un profesor evalúa el trabajo de un alumno a quien conoce bien a lo largo del semestre por su estilo de escritura, su nivel de comprensión y sus repentinos picos de competencia. Si, de repente, un ensayo aparece perfectamente estructurado, lleno de jerga académica y argumentos precisos, esto despertará sospechas. Lo mismo ocurre con investigaciones que carecen de perspectiva personal y no encajan en los debates del curso.

Los revisores experimentados también pueden notar si el tono o el nivel de conocimientos no son los adecuados. Por ejemplo:

  • Un trabajo sobre los sonetos de Shakespeare que analiza de forma superficial temas que nunca se han tratado en clase.

  • Un informe técnico que contiene conceptos avanzados que no se han enseñado al alumno.

En estas situaciones, los profesores pueden realizar exámenes orales o pruebas adicionales para confirmar si el alumno ha comprendido el tema. Si un estudiante desconoce los argumentos de su propio ensayo, es probable que no lo haya escrito él mismo. El factor humano añade un control adicional al aspecto tecnológico, lo que compensa la necesidad de realizar múltiples comprobaciones en el sistema.

Ninguna herramienta es perfecta. Un equipo que confíe en la IA para generar contenido para marketing en redes sociales podría pasar desapercibido hoy en día, pero a medida que las bases de datos y los algoritmos sigan creciendo, las posibilidades de que su uso no se detecte serán cada vez menores.

Cómo Evitar el Plagio (Con o Sin IA)

Pero la prevención del plagio no es solo un tecnicismo, algo que deberías hacer para evitar problemas, sino una forma de mostrar respeto por el trabajo intelectual y mantener la integridad académica y creativa. Dicho esto, aunque las herramientas de IA han complicado las cosas, los principios básicos siguen siendo los mismos: dar el crédito adecuado, esforzarse por la originalidad y verificar la precisión de tu trabajo.

Sin la IA, el plagio surge al combinar citas y síntesis de forma incorrecta. Con la IA, también implica examinar el contenido generado por ordenador en busca de plagio y reconocer el uso de la IA. Independientemente de la situación, el enfoque sigue siendo el mismo: construir argumentos (a mano o incluso con una computadora) a partir de material tomado de otras fuentes.

La aparición de la IA resalta la importancia del juicio humano. Las máquinas pueden generar texto o proponer soluciones, pero carecen de propósito y responsabilidad. Las personas deben analizar los resultados, verificar la información y ofrecer su propia interpretación.

Hoy en día, la transparencia es la norma en instituciones e industrias, ya sea al usar la IA en tu trabajo, citar tus fuentes correctamente o evitar favorecer lo fácil a expensas de la calidad. Tanto si eres estudiante, como periodista, artista o ingeniero, el objetivo es simple y se ha mantenido igual a lo largo de los años: crear un trabajo que demuestre tu conocimiento, tu ética laboral y tu consideración hacia los demás.

Consideraciones finales: ¿Es plagio usar la IA?

En resumen: Depende.

La IA no es plagio; es una tecnología. Pero te arriesgas a violar la ética si utilizas contenido generado por IA sin citarlo ni divulgarlo adecuadamente. Si se trata de copiar y pegar información o ideas sin citación, entonces sí, eso puede ser plagio. 

En conclusión, sé honesto al respecto. Verifica los hechos, reconoce las fuentes (humanas y de otro tipo), y no permitas que el algoritmo piense por ti. Utilizada en el contexto adecuado, la IA puede fomentar la creatividad. En el contexto equivocado, puede empañar tu credibilidad, autenticidad e integridad. ¡Depende de ti!